«Necesitaba un retrato para mi primera novela, una imagen muy importante y que no sabía como construir. Llevaba una etapa personal de bastante estrés, y en concreto tenía un día muy flojo, la sesión me devolvió la sonrisa y la autoestima, la confianza. Me ayudó a volver al presente y a conectar con el disfrute. Y el resultado se ve. Me veo bella todo el rato, en mi vulnerabilidad. Para mí fue una sesión sanadora. Además de una sesión de fotos, es una meditación activa dirigida. Muy recomendable si buscáis cualquiera de las dos cosas.»
«Participé en una sesión de fotografía terapéutica en la que exploramos distintos estados emocionales a través de las imágenes. Me ayudó a centrarme, conectar conmigo mismo y elevar mi estado de ánimo. Compartí la experiencia con mi pareja, lo que aportó aún más valor y cercanía a la sesión.»